¿Por qué ayunamos y no hiciste caso?

Querida familia y amigos,

Hace dos semanas les extendimos una invitación a que nos acompañaran en un ayuno mundial para pedir alivio de la pandemia. Estamos muy agradecidos por su compañía y por los milagros que hemos visto como resultado. Aún queda mucho trabajo por hacer en cada nivel de la sociedad para que todos nos recuperemos de los efectos directos e indirectos de este virus. En vista de esto no sería sorprendente que alguien en sus oraciones preguntara “¿Por qué ayunamos y no hiciste caso?"

Si han hecho una pregunta como esa en sus oraciones pueden aprovechar unos versículos que incluimos. Si prefieren saltar directamente la invitación que hacemos en esta carta, simplemente vayan al final de ella.


La pregunta

Isaías, en el capítulo 58, escribió muy concretamente acerca del ayuno. Al leer lo que Dios reveló a su profeta es importante recordar que su lenguaje fuerte no es un regaño, sino un llamado a ser mejores para obtener mejores resultados. También es muy fácil leerlo como algo que aplica solamente a los demás, pero hay algo para cada uno de nosotros en esas palabras.

El énfasis es añadido.

Pues me buscan cada día y quieren saber mis caminos, como nación que hubiese hecho justicia y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden juicios justos y quieren acercarse a Dios.

Dicen: ¿Por qué ayunamos y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto y oprimís a vuestros trabajadores.

He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño de iniquidad; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

¿Es este el ayuno que yo escogí, un día en que el hombre aflija su alma, en que encorve su cabeza como junco y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día agradable a Jehová?


La respuesta

Es común buscar nuestro “propio gusto” o hablar de cómo el comportamiento de otros nos encorva la “cabeza como junco”. Te pido que [vecino] se quede en su casa como yo lo hago. Te ruego que [político] deje de robarnos en plena pandemia. ¿Si ven? ¡[Conocido desempleado] no ahorró como yo y ahora se queja en Facebook! ¿Ahora sí me creen que hubiera sido mejor haber votado por [el otro]?

Muy posiblemente tengamos algo de razón en sentirnos así, pero si realmente buscamos Sus caminos debemos hacer las cosas a Su manera.

¿No es más bien el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de la maldad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados y romper todo yugo?

¿No consiste en que compartas tu pan con el hambriento y a los pobres errantes alojes en tu casa; en que cuando veas al desnudo, lo cubras y no te escondas del que es tu propia carne?


La promesa

¿Qué tal salir del ayuno habiendo pedido perdón y habiendo perdonado? ¿Qué tal haber olvidado lo que los demás hicieron o dejaron de hacer mientras nos ocupamos de servir a los demás como aún no lo hemos intentado? Si obedecemos, esto es lo que Él nos promete:

Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el señalar con el dedo y el hablar vanidad;

10 y si extiendes tu alma al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía;

11 y Jehová te guiará siempre, y en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego y como manantial cuyas aguas nunca faltan.

12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación en generación levantarás; y serás llamado reparador de brechas, restaurador de calzadas para habitar.

Definitivamente necesitamos que nuestra salud se manifieste pronto. Lo que se nos pide a cambio es aprovechar el ayuno para ser más como Él quiere que seamos. Se nos pide pensar y actuar en formas diferentes en lugar de esperar a que otros lo hagan.


La invitación

Hemos recibido una nueva invitación a ayunar, esta vez un poco más específica. Queremos compartirla de nuevo y unirnos a ella.

“Invito a todos, incluso a los que no sean de nuestra religión, a ayunar y orar este Viernes Santo, el 10 de abril, para que la pandemia actual se pueda controlar, los profesionales de la salud sean protegidos, se fortalezca la economía y la vida se normalice.”

Russell M. Nelson

¿Cómo? Es un ayuno igual al que describimos en nuestra carta anterior.

¿Nos acompañan de nuevo?

Familia Rodríguez Congote