Rosie’s Pizzeria and Sports Bar

processed_PXL_20201014_235455424.jpg
processed_PXL_20201015_011319423.NIGHT.jpg

🇨🇴 Parte de lo que nos gusta de viajar es exponer a los niños a nuevas experiencias. Es fácil parar en los restaurantes de siempre cuando pasamos por ciudades grandes, pero la cosa es diferente cuando las opciones se limitan a lo que hay por el camino a la hora de comer. Este fue uno de esos casos.

La hora de la comida llegó cuando pasamos por Diamondville, WY, un pueblo de menos de 1000 habitantes. Google recomendó Rosie’s Pizzeria and Sports Bar y la encontramos al lado de un parque sobre una calle limitada a 20 millas por hora. Desde afuera era un bar de película.

Yo entré para asegurarme que sí había algo más que solamente un bar adentro. La parte de atrás es un restaurante familiar a pesar de lo que la fachada muestra. Pero cuando volví al carro les dije que se prepararan para algo nuevo y que no teníamos otra opción. Las reacciones de curiosidad y un poco de tensión valieron la pena. Cuando entraron se rieron porque el sitio era mucho más amigable de lo que se esperaba. La comida y los precios también.

Lo otro memorable de la tarde fue que estaba haciendo viento frío. Cuando comenzamos el viaje hacía unos 21°C, y ahora un viento fuerte de 3°C. Eso hizo que posar para la foto a la salida fuera todo un esfuerzo.

🇺🇸 Part of what we like about traveling is exposing the children to new experiences. It’s easy to visit the same old favorite restaurants as we go through big cities, but things are different when the road dictates what’s available at meal times. This was one such case.

Dinner time arrived as we drove through Diamondville, WY, a town of fewer than 1000. Google recommended Rosie’s Pizzeria and Sports Bar, which we found by a playground on a 20-mile-per-hour street. It looked like a small-town bar straight from the movies.

I went in to ensure that there was more than just a bar inside. The back part was a family restaurant, in spite of what the storefront revealed—or rather, didn’t. But when I returned to the car I told them to prepare for something new and that we had no other choice. Their faces of curiosity and a little tension were well worth it. Once inside they chuckled because the place was much friendlier than expected. The food and prices were friendly too.

The other memorable item of the afternoon was the cold wind. We started the trip at 70F, but stepping out of the restaurant was a chilly 39F. That made standing still for the picture quite an effort.