🇨🇴 Algunas personas parece que fueran perseguidas por una nube negra. A nosotros nos persigue una tormenta con inundación. El plan del día era: Estatua de la Libertad, World Trade Center, Brooklyn Bridge, y alrededores. Pero según la geografía de Manhattan ese era el área para evitar bajo amenaza de inundación. Así que desayunamos y salimos a ver cuánto de nuestro plan se podría cumplir.
Pero primero una parada de emergencia.
Casi una hora después de salir de la casa nos dimos cuenta que Nicole se había puesto sus zapatos preferidos en lugar de los que habíamos comprado para el viaje. Muy lindos, pero ya un poco pequeños. En medio de su valiente caminata del día anterior esos zapatos le tallaron los talones, entonces le pusimos curitas y fuimos a comprarle unos nuevos. Ahora sí…
Cuando llegamos en subway hasta Battery Park la tormenta se había aplazado un par de horas, entonces compramos las boletas para el barco hacia Liberty Island y nos fuimos. El cielo seguía nublado, pero el calor húmedo de todas formas estaba insoportable y la única brisa originaba del desplazamiento del barco.
En la isla pudimos ver la estatua. Yo personalmente no le veo mucha gracia; es diminuta y en las fotos se ve inmensa. Pero es otro de esos símbolos para conocer y para refleccionar. En el museo los niños pudieron ver su estructura y conocer un poco acerca de su historia. No nos quedamos más de lo necesario para poder dedicarle tiempo al resto de los objetivos del día, entonces nos montamos en el barco de regreso a Manhattan.
Para ese entonces la tormenta seguía demorándose en comenzar, según el pronóstico, y teníamos hambre. Entonces fuimos a almorzar cerca del World Trade Center antes de ir al 9/11 Memorial.
El monumento por fuera es sombrío y cumple su propósito, pero el museo subterráneo es aún mejor. Fue una experiencia interesante contarle a los niños lo que pasó ese día. A diferencia del museo acerca del holocausto, yo tenía una historia para contar acerca de lo que vi y sentí ese día. Curiosamente para los niños hubo un paralelo claro, si bien a escala diferente, entre las ideas que llevaron a esta tragedia y las que llevaron a la Segunda Guerra Mundial.
Cuando cerraron el museo fuimos a One World Trade Center, ya comenzando la tormenta, y tuvimos entre nubes y rayos una vista aérea y nocturna de la ciudad, incluyendo el Brooklyn Bridge.
No nos mojamos tomando el subway de regreso porque la estación se conecta con el edificio, pero con cada parada del subway veíamos gente más y más mojada abordando.
Cuando llegamos a nuestra estación ya nos habíamos puesto nuestras chaquetas impermeables como precaución, y había escampado. Así que caminamos hasta el hotel en un sauna.
Como faltaba comer dejamos todo lo que no era esencial en el cuarto y volvimos a salir. Esta vez sí usamos las chaquetas y no fueron suficientes. Llegamos al restaurante goteando, y para cuando volvimos al hotel las medias y los zapatos estaban para exprimir.
Los zapatos pasaron la noche sobre el aire acondicionado pero aún así por la mañana le dedicamos buen tiempo a secarlos. Fuimos del hotel a buscar el hospital donde hace casi 65 años trabajaba mi abuelo, y después del almuerzo nos montamos en el tren hacia New Haven.
Todo el camino estuvimos revisando planes, puesto que ya es la mitad del paseo, según el calendario, y queda mucho para ver. Entonces decidimos avanzar un poco más antes de terminar el día. Una vez en New Haven empacamos y nos despedimos, muy agradecidos con Rubén y su familia por su amable acogida, para avanzar por la carretera.